Uno de los mayores desafíos en el procesamiento de la miel es mantener su calidad natural y reducir el contenido de humedad. El secado de la miel es importante porque un exceso de humedad (superior al 18-20%) puede provocar fermentación, crecimiento bacteriano y degradación de enzimas y antioxidantes, reduciendo su vida útil y alterando su sabor y textura. Por lo tanto, para lograr la estabilidad a largo plazo y prevenir el deterioro, los niveles de humedad suelen reducirse a alrededor del 16-17%. El secado atmosférico tradicional expone la miel a temperaturas más altas y tiempos de secado más prolongados, lo que puede provocar la formación del compuesto cancerígeno hidroximetilfurfural (HMF), un indicador de daño térmico y menor calidad.

La tecnología moderna de secado al vacío ofrece una solución eficaz. Al crear un ambiente de vacío, el punto de ebullición del agua en la miel disminuye significativamente, lo que permite eliminar la humedad a temperaturas mucho más bajas. Este proceso, denominado secado en frío, evita el calentamiento excesivo, minimizando así la formación de HMF y preservando las enzimas, los nutrientes y el sabor naturales de la miel.

A diferencia de los métodos convencionales, el secado al vacío en frío garantiza:

  • Un procesamiento más rápido: se puede lograr una reducción de humedad del 1 % en aproximadamente 1 hora, en comparación con las 6 horas del secado atmosférico.
  • Mejor conservación de los aromas: al realizarse en una cámara de vacío cerrada, no se pierden los sabores ni los aromas volátiles.
  • Producto final más saludable: el secado en frío previene la degradación de compuestos beneficiosos y la formación de hidroximetilfurfural.
  • Resultados consistentes: el proceso es independiente de las condiciones climáticas o la humedad ambiental, ofreciendo un rendimiento confiable durante todo el año.
  • Fácil carga: la manguera de vacío aspira la miel como un sistema de succión, simplificando la carga y la manipulación.
  • Operación higiénica y sin polvo: el diseño sellado elimina los riesgos de contaminación por partículas y bacterias.

Nuestro secador de miel en frío está diseñado específicamente para este propósito: reduce el contenido de humedad eficientemente al vacío, preservando la calidad natural de la miel y manteniendo la formación de HMF a niveles mínimos. Los secadores al vacío ofrecen ventajas adicionales, como la ausencia de mezclador y la posibilidad de alcanzar una tasa de evaporación significativamente mayor, de hasta un 1 % por hora, en comparación con los sistemas atmosféricos. Esto convierte al secado al vacío en frío en un método práctico y fiable para producir miel de alta calidad con propiedades estables.